Une lettre pour Alejandra:
He descubierto en mi corta vida,
de arreglar los nudos sueltos
antes de partir.
En mi corta vida
he descubierto
que si no actúas
cuando pudiste,
o peleas por aquel
que amaste,
vivirás perseguido
por el resto de tu vida,
lamentando
las palabras buenas
nunca dichas,
y las palabras malas,
que nunca faltan.
De las buenas,
pocas historias de mi adolescencia,
que ya no recuerdo
porque mi memoria natural
ha comenzado a fallar.
una joven tímida
con ojos extravagantes,
de color indescriptible,
una sonrisa naturalmente
alucinógena,
en todas las partes de mi cuerpo,
eran como cosquillas en mi estómago,
que provocaban en mí placer,
para provocar mas carcajadas,
en nuestros breves
pero únicos encuentros,
en noveno grado.
No me he olvidado de ti,
por la inocencia de ese amor,
que tal vez incrédulo
e inmaduro,
necio y estúpido.
Es de esos amores de juventud
que no se repiten jamás
en la vida,
y que con suerte
jamás se olvidan.
Es de esos amores qué
florecen en la imaginación,
pero nunca pudieron existir
aunque para mí
si eran reales.
Siempre que me acuerdo de los dos
se me sale una carcajada incontenible,
tal vez de agradecimiento a Dios
por esas oportunidades de la vida
que te dan fuerzas
y calor en el frio universo.
Te dan la esperanza
de que en algún día
puedas conocer un amor
tan sincero e inocente,
tan ingenua e inclemente.
No sé
si te acuerdas
de la carta que me diste
antes de partir a Estados Unidos,
yo me acuerdo perfectamente
gracias a Dios,
esperaste hasta el último momento,
después de clases,
esperando verme
lo suficientemente solo,
para darme una carta
y decirme que la leyera
cuando estuviera solo.
yo creía que era el único
sintiendo esas cosquillas
extrañas en mi estomago
cada vez que te veía.
El nudo en mi garganta
que esperaba no fuera muy evidente,
cuando abrí la carta
Ojalá me hubieras dicho antes,
quedé sin pensar,
desde ese día
no volviste a escribir,
debía partir
te atesoré en mi vivir.
Los años y la distancia,
no nos han hecho madurar,
ni olvidar
muchos momentos de nuestra infancia.
aún estando en mis prisiones y cadenas,
en la oscuridad de mi cuarto
y en la soledad de mis pensamientos,
aún me traes una sonrisa,
me vuelve el alma al cuerpo
me iluminas mi rostro,
se llenan mis ojos
con lágrimas agradecidas.
por volverte a ver
darte un abrazo
y decirte al oído:
¡Gracias! ¡muchas gracias Alejandra!
por aparecerte
Sí, aquí presente
en este momento de mi vida
con tu imagen,
perenne,
toda una niña inocente
bien querida.
JUAN SEBASTIÁN ft. HELIOS MAR
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