Villa Olímpica - Ciudad Parque - Septiembre 16 de 2019 - Hora: 1: 11 a.m. - Con amor fraternal y respeto a Nicoll and Rouse.
Me rehúso no poder amar
a quien mi corazón
está dispuesto
a entregarse sin saciar.
me aburre poder pensar
que la edad siga siendo
un tabú que en estos tiempos
no se ha podido superar,
es un sentimiento milenario
que no se puede controlar.
El amor fraternal
es algo natural,
no podemos permitir
que se convierta
en un no puede ser
por la diferencia de edad,
o cualquiera otra terquedad.
Se hace notar
como si fuese un pecado,
se castiga con la lengua
el pensamiento
y hasta la falta de libertad.
Debemos entender y asimilar
que este tipo de amor
es algo único
imposible de ocultar,
es solo cuestión de dejarlo aflorar.
No se malinterprete
al primer tipo de amor
que debemos experimentar,
Dios nos lo enseña,
nos lo trasmite,
nos permite interiorizar,
amar de verdad
sin meternos en la cabeza
ningún tipo de vanidad,
malpensar, obscenidad
u otra locura de esas,
que solo permiten
enredar la cabeza,
¡no, no!
no se atrevan,
es un amor de pureza,
yo diría, de grandeza.
Ese mismo amor
que poco a poco
debemos ir adiestrando,
controlando,
sin enredarlo,
mas bien cultivando,
muy dentro
con mucho cuidado,
mas y mas, amando,
irlo palpando.
El amor fraternal
no nos hace daño,
y si en algo nos duele,
siempre será para bien,
como cuando escuchas
una buena melodía en ukelele.
El es transparente,
amoroso, leal,
misericordioso,
humilde, comprensivo,
prudente, paciente y dador.
Todo un intangible
con mucho valor
sin intercambio de billetes,
oro, plata o piedras preciosas,
todo un precio incalculable
que a la final
es inagotable.
Su experiencia es propia
se siente y se lleva por siempre,
es cuestión de fe,
tu energía,
en medio Dios
quien nos guía,
nos muestra el camino,
sin mediar palabra alguna,
nos ilumina con la luna,
el sol por la mañana,
y cuando sientes
que todo es penumbra,
no olvides
que Él todo lo puede,
sin importar,
raza, edad o color,
es el verdadero amor de Dios,
sobre nosotros sus hijos,
quienes auguramos mantener
una relación con razón,
un sentir único
sin dejarlo ir,
un algo poderoso,
omnisciente,
omnipresente,
que solo DIOS
te permite vivir
algo sin precedente.
HELIOS MAR
