Villa Olímpica, Ciudad Parque, Colombia | Noviembre 16 de 2018 |Hora: 12: 26 p.m.
Porque te guardas cosas
que quizás imploras,
te hacen daño
¿tú las controlas?
Porque permitir sufrir
sin antes,
buscar una sabia solución
a una estancia en la vida
que podríamos conducir
sin acelerarnos
como posibles suicidas,
debemos tener cuidado
no hacernos daño,
apreciar nuestro legado,
se siente mejor
que un buen baño.
Actuemos bajo control
y poco a poco
vayamos acelerando
observando
analizando
divisando
visualizando
disfrutando el panorama,
quizás escuchando
de esa música
que nos transforma el cuerpo
transporta el alma
hacer volar el espíritu,
nos eleva a constelaciones
que permiten acudir
a sentir las mejores sensaciones.
Provienen de adentro
muy dentro,
de espacios que no conocemos
pero queremos estar,
sentir
vivir
actuar
probar
amar de verdad.
Detengámonos un instante
aquí, en este lugar,
alto, verdoso,
o quizás desértico amoroso.
Observemos relajados,
brazos abiertos
tirados en el suelo,
recibiendo del universo
algo que no tiene precio
la naturaleza lo controla,
nos permite estar con vida,
se llama oxigeno
y día a día nos convida.
Porque nos amargamos
a pesar de que podamos
pretender ser
mejores seres humanos,
amarnos como hermanos
brindarnos una mano,
ayudarnos mutuamente
dejar fluir nuestra mente,
ser sinceros y cuerdos
en vez de pobres y encueros,
divagar por el mundo
sin sentido y sin rumbo
mas bien, buscar de Dios
acudir a sus mandamientos
actuar bajo sus preceptos,
convertirnos en sus sabios
de palabra y en actuar,
saber hablar.
Instruirnos a diario
conversar con nuestros hermanos,
dejar en alto su legado
que trascienda
deje huella
que haga mella
y permita a la humanidad venidera
la oportunidad de salvarse
y continuar como estrella,
brillante, importante,
con vida eterna,
siempre adelante.
Levantémos nuestros brazos
continuemos el camino
demos gracias al Señor por los lazos,
que continúan activos,
permitiendo que nosotros
sigamos vivos,
con la esperanza en lo alto
de que por algún motivo
seremos los elegidos.
No te guardes cosas
que ya sabes que las imploras,
no te hacen daño
porque entendiste
que solo Dios las controla.
HELIOS MAR
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