Es algo difícil
pero no permisible
adentrarme en los pensamientos
de mis hermanos y semejantes.
Se me ocurre
poderte trasmitir
lo que para muchos es imposible,
o su duda y falta de fe
nisiquiera alcanza
el tamaño de un grano de mostaza.
Precisamente
debemos trabajar poco a poco,
día a día, arduamente
y sin dilaciones del mundo
que nos impidan acrecentar en fe,
que nuestra esperanza se avive
como esa llama que se requiere
para seguir en luz
y que la oscuridad
solo te deleite con vista al firmamento.
Busca en el amor
ese antídoto vital para alimentar tu ser,
tu alma, tu espíritu,
procura siempre trascender,
experimenta,
no por algo simple estás
nuevamente en el camino y vives.
Te doy la opción
de que a través de este escrito,
puedas tomar el sendero
basado en la verdad, la justicia divina,
que puedas permitirle a Él,
que tu corazón se transforme
y le convierta en ese perfecto motor,
bien hecho, que revolucione
su 8 en válvulas a velocidades
que impongan distancias inalcanzables
entre el uno y el otro con cosas vanas,
furtivas, efímeras, dañinas,
que envenenan y te acaban.
El Señor es el camino, la verdad y la vida,
es así y lo vas a sentir,
déjalo entrar,
recíbelo con los brazos abiertos,
verás como todo cambia,
hazlo desde adentro hacia afuera,
como cuando te da dolor de cabeza
y de inmediato,
tomas una cápsula
y al momento tu mal desaparece,
simple, como por arte de magia,
nisiquiera tuviste el tiempo para indagar,
solo confiaste.
Así es Nuestro Señor,
un todo a nuestra estancia en esta
y las otras vidas,
ámalo
confía
déjate llevar,
el te cuidará
te aconsejará
su amor es incondicional
y un sentimiento tan perfecto,
que lo único
que estará arrancándote a diario,
es de esa felicidad plena,
intangible, sublime, invaluable,
próspera en ayunos y servicios a Dios.
¡No temas!
aprenderás a vivir de lo poco,
apreciarás cada instante vivido,
valorarás todo lo que percibes de Él,
hazlo de corazón, ¡alábalo!,
¡háblale!, ¡cántale!, ¡escríbele!,
trasmítele que lo amas,
entrégate como un salto al vacío,
Él te permitirá aquello que anhelas,
guárdate para ciertos momentos,
conserva tu pulcritud, tu honra,
tu nombre,
recuerda,
Él te hizo a su imagen y semejanza.
Masca el bien
y haz globos de jubilo
al Rey de Reyes,
al Todo Poderoso,
al más,
el Alfa y la Omega,
el todo y tu mundo,
el mío y el suyo.
Que su gloria y magnificencia
sigan trascendiendo siglo a siglo,
desde esta tierra
y hasta los confines del universo sideral,
revélate ante su existencia,
que haga parte de tu vida,
convéncete, tu mismo,
te reto, JESÚS VIVE.
HELIOS MAR
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