Desde las Serranías de Barranquilla, Colombia | Marzo 27 de 2019 | Hora: 2:37 p.m. | “Pasaba por el barrio la sierrita, logré observarla y esto inspiró”
Que linda es,
allí, estampada
en pie, a un lado de la carretera,
adornando la cúspide de la Sierra
en medio de situaciones,
desolación y un ruido enriquecedor.
Ella allí,
con sus labios rosas
sonriente
sin que nada a su alrededor
se lo permitiese,
es luz en su ser,
contagia de inmediato
sin aviso y preguntas a destajo,
suele vivir sin mandato.
Fueron solo milésimas
en un instante furtivo
donde se me permitió verte
para mis sentimientos
algo significativo.
Sé muy bien,
que no podré volver a verte,
imposible intentar
o pretender
que llegando al mismo lugar
pudiera encontrarte y quererte,
¿imposible?
es algo que se podría lograr
quien quita
uno no sabe,
después de la muerte,
o como dicen por ahí, niansesabe.
Fuisteis como cual estrella fugaz
en una de esas noches silente,
donde al acostarse en suelo
y mirar el firmamento
sientes como el cielo
llega a tus sentidos
y los activa sin sigilo,
pareciera que hicieras parte,
te eleváras
y el cuerpo volára.
Te sientes compenetrado
aún más,
ya haces parte del universo estrellado,
somos eso,
luz que brilla a lo lejos
el reflejo perfecto
de un Dios sin complejos.
¡Sabes que si!
lo voy a intentar
llegaré al mismo lugar
anhelaré volver a verte,
pasaré
y esta vez, si me detendré
a observarte,
sonreírte,
pedir tu mano
y que me lo permitas,
poder llegar a amarte
si me invitas,
mujer de labios rosas,
sonriente,
toda una diosa del sur,
donde uno menos piensa,
te encuentra y se enamora,
que mujer diciente,
sucedió,
volví a verte ahora.
HELIOS MAR